De L para P.
Querida P,
No sé qué será de mi vida. No sé qué será de la tuya. Tal ves nos preocupamos demasiado, tal ves es cuestión de presión. Creo que aún somos jóvenes aunque eso ahora no nos consuele. Aún nos queda mucho por vivir y creo que es más fácil si lo hacemos juntas. ¿Te confieso algo? Lloré, mientras el agua caiga por mi cabello y resbalaba altanera por mis mejillas y se confundían con el sabor salado de las lagrimas. Luego entendí que eso no valía la pena, que eso no me hacia sentir bien y decidí no hacerlo más. Busqué distraerme porque fue realmente duro la noticia, no me imagino para ti. No supe tu reacción porque no estaba ahí, no sé que tanto te marcó, no sé si tal vez lloraste como lo hice yo, no sé si decidiste ser fuerte y no dejarte afectar. ¿Qué más da? Para otra oportunidad será. Ahora quiero decirte querida, que no importa lo que pase, la vida esta llena de túneles oscuros y callejones sin salidas donde la única luz puede ser aquella amiga que siempre está contigo a unos cuantos kilómetros de distancia. Aún estoy aquí, no me he ido y no me iré, no sé porqué te escribo esto. Solo quiero pedirte que nunca lo olvides y nunca me olvides.
Con Cariño, L.
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